Bartolomé Esteban Murillo


Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, bautizado el 1 de enero de 1618–3 de abril de 1682) fue un pintor barroco español. Formado en el naturalismo tardío, evolucionó hacia fórmulas propias del barroco pleno con una sensibilidad que a veces anticipa el rococó en algunas de sus más peculiares e imitadas creaciones iconográficas, como la Inmaculada Concepción o el Buen Pastor en figura infantil. Personalidad central de la escuela sevillana, con un elevado número de discípulos y seguidores que llevaron su influencia hasta bien entrado el siglo XVIII, fue también el pintor español mejor conocido y más apreciado fuera de España, el único del que Sandrart incluyó una breve y fabulada biografía en su Academia picturae eruditae de 1683 con el Autorretrato del pintor grabado por Richard Collin. Condicionado por la clientela, el grueso de su producción está formado por obras de carácter religioso con destino a iglesias y conventos sevillanos, pero a diferencia de otros grandes maestros españoles de su tiempo, cultivó también la pintura de género de forma continuada e independiente a lo largo de buena parte de su carrera.

Autorretrato, hacia 1670, óleo sobre lienzo, 122 x 107 cm, Londres, National Gallery. Inscripción: Bartus Murillo seipsum depin/gens pro filiorum votis acpreci/bus explendis. En este cuadro, pintado por deseo de sus hijos, Murillo se autorretrató dentro de un marco con forma ovalada y con molduras, apoyando en él una mano para reforzar el efecto naturalista del trampantojo y acompañado por los instrumentos propios del arte de pintor: lápiz, papel y compás para el dibujo, paleta y pinceles para el color, en una demostración de orgullo por la posición social alcanzada con su oficio solo comparable en la pintura española al autorretrato de Velázquez en Las meninas.